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FINRA

La Autoridad Reguladora de la Industria Financiera (FINRA, Inc.) existe para proteger a los inversionistas. 

Cada estadounidense, sin importar su riqueza o situación económica, merece un trato justo por parte de, y la integridad de, los corredores de bolsa en Estados Unidos. El Congreso ha facultado a FINRA para garantizar que todo inversionista pueda participar con confianza en el éxito de la economía del país mediante protecciones básicas; que los vendedores de valores sean evaluados, calificados y cuenten con licencia; que se trate a los inversionistas con veracidad; que las ofertas sean adecuadas a sus necesidades; y que la divulgación sobre dichos productos y servicios se realice de manera completa y honesta.

FINRA, que está supervisada por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), impulsa el cumplimiento normativo al crear y hacer cumplir reglas que rigen las actividades éticas de los corredores-dealer. En esencia, FINRA toma las reglas definidas por la SEC y las convierte en prácticas medibles que pueden ser evaluadas y auditadas. No adoptar y cumplir estas reglas puede resultar en severas sanciones y multas por parte de la SEC.

Comenzando en la parte superior de la lista de verificación de Libros y Registros, Regla 17a-3(a)(3) de la Ley de Bolsa de Valores de 1934: Cuentas de clientes exige que se conserven elementos como los recibos de efectivo por cargos y abonos durante un mínimo de seis (6) años. FINRA requiere prueba disponible de la retención de registros (como documentación de procesos), de modo que, en caso de una investigación, el distribuidor tenga los detalles forenses de la(s) cuenta(s) del cliente. La falta de presentar los registros puede ocasionar que la organización sea sancionada por incumplimiento.

La Regla 17a-4 ofrece detalles para cumplir con estos requisitos de auditoría, como el uso de almacenamiento WORM (“escritura única, lectura múltiple”) para garantizar la integridad de los datos en el archivo, lo cual, a su vez, debe incorporarse al sistema de gestión de seguridad de la información de la organización. En última instancia, las organizaciones deben mantener tanto una política escrita como una política programática para que los registros (digitales) de transacciones de clientes se registren y se comprometan a un almacenamiento seguro a largo plazo, como una biblioteca de cintas o un archivo en la nube